martes, 9 de febrero de 2021

Amor de espía

Murió en mis manos, pudo más que su delito, matarle mi desengaño.

La verdad es que si le amaba, pero debía soltarlo.


Yo comencé siento parte de la justicia,

pero entregué con ella su vida.


Nos conocimos en una fiesta de noviembre,

conquistarle me tomó hasta diciembre,

por la noche nos veíamos,

por el día nos perseguíamos.


El pertenecía a la muerte,

yo a la vida.

Fue fácil cautivarlo con mi sonrisa.


Entre vino y libros contábamos nuestras pesadillas,

nuestras almas se hallaban con alegría,

ambos escondíamos un secreto,

entre tanto nos engañábamos con besos.


Los destinos ya estaban trazados,

el amor nos jugó un mal rato.

El no sabía, ni concebía,

que yo fuera una espía.


Que sus misterios, yo conocía,

aprendía y a mi equipo les decía.


Una tibia noche de verano,

nos alumbraban unos hermosos candelabros,

entre risas y conversaciones nos refugiamos,

nadie sentía estragos de un mal presagio.


Un vestido rojo seda pudo distraer a todos de su condena.


Mis hombres escondidos atrapaban los suyos,

mientras todos bailábamos como si fuéramos uno.


La angustia, tristeza y adrenalina,

asomaba por la ventana,

de repente el leyó tarde mi mirada.


Un sargento apuntó con pistola a su cuello.

Mi amado me preguntó: "¿Qué has hecho?".

El sargento dijo: "Ha sido nuestro remedio".

Me miró fingiendo que no era cierto,

Pero ya habíamos lanzado un mórbido decreto.


"Yo soy una espía, 

y todo este tiempo amor fingía.

Ríndete, ya no tienes salida" 

Decía esto mientras por dentro moría. 


A ambos una condena nos seguía,

la libertad no era la agonía,

el corazón era lo que más dolía,

y con una muerte premeditada el partía.


Nunca más pudimos vernos a la cara,

mi alma con su partida quedó destrozada,

la vida seguía y con ella sobrevivía.

Pero pronto mi naturaleza vil y volátil, 

otra aventura perseguía. 



PS. Esta historia es ficticia.







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