domingo, 8 de noviembre de 2020

Somos sobrevivientes




    
En una noche lluviosa de Guayaquil me pregunto si estaremos cerca del fin del mundo. Debido al COVID, me vi obligada a retornar a mi ciudad natal, ya que cerraron las vías el día que vine a visitar a mi familia. No imaginé que durara tanto tiempo esta pandemia. Como muchos pensé que duraría tres semanas a un mes máximo. 

    El mundo entró en caos, las bolsas de valores y precio de petróleo cayeron a valores históricos. Guayaquil a finales de marzo y abril, entró en un estado crónico de muchas muertes y cadáveres en las calles. Había mucha tensión aquellos días, subía a la terraza de mi casa y aunque no habían personas en las calles, sentía el miedo en las calles.

    Debo confesar que a veces me causaba cierto placer, encontrarme en casa, con la lluvia cayendo en el techo y esta sensación de apocalipsis. No es algo que pasa siempre, hoy tenemos esta pandemia encima que nos ha cambiado la vida.

    En abril comencé a componer música y lanzar cosas que desarrollé en cuarentena. Pero lo que quiero compartir hoy son las ideas que tuve y que supongo que muchos de ustedes tuvieron.
    
    Primero me di cuenta que yo corría en la vida, por alcanzar cosas/ideas/sueños. Y bueno, la pandemia nos puso un alto en las actividades. Entonces me cuestionaba este afán por alcanzar números. ¿Es realmente sano vivir pensando en el mañana? ¿De verdad quiero estas metas, o son las que me hicieron creer? La vida es muy corta ¿Quisiera vivir corriendo?

    Luego analicé mi relación con mi familia. La psicología y los coachs de hoy en día dicen que muchos de nuestros traumas, resentimientos y frustraciones vienen de nuestra niñez. Yo no tuve una infancia muy bonita como algunos. Fui muy solitaria ya que pasaba casi todo el día sola. Sigo manteniendo este patrón de aislamiento voluntario y pocas habilidades sociales. Sin embargo, fue agradable ver que he cambiado muchas cosas viviendo en Quito. Y también me pareció una buena oportunidad para sanar y convertirme en el mejor ser humano que quiero ser.

    Hay una frase que cambió mis valores personales: "Todos queremos a los ganadores, pero nadie pregunta por los sobrevivientes". 

     He reflexionado que a veces te llenas de títulos, cosas, ideas para opacar tu falta de autoestima. Te vuelves un bombón de chocolate con un centro de almendra, donde el chocolate es lo que tienes y la almendra es el miedo.

    Yo soy una persona muy autocrítica, me reprocho muchas cosas y no acepto todas mis luces y oscuridades. Me cuesta mucho estar quieta sin "sentirme productiva". Tengo un afán de siempre estar haciendo cosas, cumplir expectativas, sobreponer mis metas sobre cualquier cosa y cuestionar los momentos de tranquilidad y ocio. 

    Por todo esto, me he encaminado en trabajar mucho la salud mental, autoestima, espiritualidad y habilidades sociales. Aceptar mis errores/derrotas, y solo aspirar la calma. 

    Quisiera compartirles todo lo que he leído e investigado, pero estoy buscando la manera más correcta de hacerlo. Por ahora solo puedo decirles que es importante aceptar con sinceridad y amor el momento en el que estamos. Creo que la verdadera revolución no empieza por odiar e intentar corregir lo injusto que existe afuera, sino corregir las heridas que tenemos dentro. Buscar objetivos fuera de nosotros es una eterna lucha en la que tal vez consigas esas metas, pero no te dará la felicidad y paz que alimente nuestro espiritú. Y finalmente, todos somos sobrevivientes, somo seres dignos de respeto y amor.





2 comentarios:

  1. Es natural sentir esa sensación de vértigo y miedo por lo desconocido. Covid 19 en cierta forma no solamente a ti, sino a mi y a todos nos hizo aterrizar de la nube rosada en que nos sabemos montar.

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  2. Es verdad esta sensación que nos envuelve a todos. Gracias por leer mi publicación! :)-+

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