jueves, 19 de septiembre de 2013

Guayaquil - Quito - experiencias.

Hace mucho tiempo que no escribo, por falta de tiempo e imaginación. Resumiendo mi vida, sigo trabajando en la empresa que provee materiales de construcción. Estudio piano (Jazz), trabajo en mis proyectos en las redes pero con menor frecuencia, es posible que trabaje en la campaña publicitaria de un político.

Lo que me pesa, es la carga horaria que tengo en la empresa en la que trabajo aproximadamente 9 horas. Pero como todo lo incómodo, trae algo bueno. “El valor de la delicia de quitarse el uniforme, caminar descalza, sentirme dueña de mi tiempo, actividades, y vida”. Además aprendí a tolerar a muchas personas.

Para hablar de cosas agradables les contraré sobre los obreros de la empresa donde trabajo. La mayoría de estos obreros son de raza negra. Muchas veces me he relacionado con ellos por distintas actividades.

Me causaron mucho interés el día en que me ofrecieron comida. Ellos a las diez de la mañana reúnen dinero entre ellos para comprar comida y compartir. En cambio nosotros, el personal de administración, no reunimos dinero para comprar ni compartir.

Mi interés nace que ellos son personas con escasos recursos, a diferencia de nosotros que tenemos mayores posibilidades socio-económicas, y aún así ofrecen lo poco que tienen sin remordimiento.

En fin, para escribir sobre cada uno de ellos empezaré por Ecuador, un esmeraldeño que trabaja en Guayaquil cargando madera y gasfitería en construcciones. Su forma de caminar es muy Jazz. Si tuviese que compararlo con un animal, sería sin duda una pantera por lo elegante y pausado que es.

Junto a él trabaja Carlos y Gustavo. Ellos y yo tuvimos que ir juntos a Holcim, para entregar un cargo que yo tenía que estar presente para revisión de calidad. Me parecía muy cómico cuando hablaban de sus novias. Gustavo me mostraba la foto de su enamorada, mientras orgullosamente comentaba lo bonita que es. ¡Ciertamente es bella! 

Luego Carlos lo empezó a molestar diciendo que en realidad la novia de Gustavo no es tan guapa, y Gustavo respondió: “No le haga caso, lo que pasa es que me tiene envidia que tengo una novia blanca”.

Sus bromas tenían un tinte irónico sobre la discriminación que ellos tienen que lidiar.

Luego del trabajo,  estudio jazz, o algún libreto, intento crear una canción, salgo con amigos, o me reúno por algún asunto referente a mis propios proyectos de emprendimiento.



Las mejores experiencias dentro de Guayaquil han sido:


  • Conversar con los morenos, obreros de la empresa donde trabajo.
  • Caminar por Urdesa, con la cara cansada, pero el espíritu levantado, caminando a paso firme, pero mi mente volando, oídos sordos a los carros, pero atentos a mi voz interna. Algo que he aprendido es a bloquear las palabras desagradables, insensatas y escucharme a mí misma. Dentro del circo encontrar la calma.
  • Haber participado en una obra de teatro inédita de una gran artista. La única obra de teatro que mis horarios me permitieron participar. La ovación que recibimos del público fue satisfactorio que sentía que lágrimas invisibles caían de mi rostro.
  • Superar mi propio genio, aprendiendo a ser menos orgullosa, y no discutir cada vez que me lo provoquen.
  • Poder viajar a Quito a una feria tecnológica nacional, como asistente y expositora de mis propios proyectos a una red de “nerds/geeks” (como ellos mismos se llaman).


Para no alargar mi historia, les hablaré de Quito.


Quito metropolitano, mitad del mundo. Lo visito con mucho entusiasmo junto a un amigo con el que hemos trabajado juntos sin esperar nada a cambio en proyectos por emprendimiento. Hemos sido elegidos como comunidades asistentes  del evento. En total son 9 comunidades.


En mi maleta, llevo la ropa que yo llamo “viajera” (aunque lo estoy lamentando). Tardé 8 horas aproximadas para que abran el evento, me den una credencial, me asignen una carpa, y me bañe. En fin, todo un proceso burocrático que después de almorzar a las 4 de la tarde, el malestar desapareció.




Cuando ingresé al campus me asombré de ver tantas personas pegadas a sus computadores. En buena hora llevé mi laptop. Me puse a trabajar en mi exposición haciendo las diapositivas, preparando discurso, entre otros. Entre mis planes, cuando tenga tiempo libre quiero cantar en las calles. Nueva meta: “Cantar en las calles de las capitales de todos los países”. Muy utópico, pero divertido.

La primera noche estuvo muy mala. Nos asignaron carpas a todos los participantes para dormir. Esta fue mi segunda experiencia durmiendo en carpas. 

Resultados: Dolor de cabeza, cuerpo y mal humor.

No llevé cobertores ni sleeping bags, porque pensé que los organizadores lo brindarían. Las noches en Quito son muy frías, en especial si duermes al aire libre. ¡No tenía cómo cubrirme! Usé la maleta como almohada, mis camisetas como sleeping bag, mi pequeño abrigo como cobertor para mi cabeza. Tuve que ponerme tres medias. Aún así el frío era insoportable. Me empezó a doler la cabeza demasiado, que no podía dormir por dolor de cabeza, frío intenso, incomodidad del piso y mucho ruido.

En fin algo dormí. Me levanté a las 7:00 am, el clima estaba aceptable, me fui a bañar. Para mi mala suerte el agua estaba helada. Luego de eso comí, saqué cita para la exposición e intenté volver a dormir. Como las mañanas soleadas en Quito son algo calurosas, el clima era perfecto. Me levanté a las 11:00 am por un grito de uno de los chicos diciendo: “Se vuelan las carpas”. Había mucho ruido, como si algo se viniese abajo. Naturalmente yo salí de mi carpa y para mi sorpresa en efecto algunas carpas habían volado.

Como soy indiferente para algunas cosas, sólo salí de mi carpa tranquila y empecé a asistir a las charlas. La verdad el contenido de todas las conferencias a las que asistí fueron muy interesantes.

Llegó el momento de mi exposición. Para mí exponer es parecido a tirarse de un paracaídas, no hay vuelta atrás y hay que hacer lo posible por no tener miedo y pasarlo bien. Expuse sobre mi proyecto, junto a tres chicos más y la charla fue buena.

El resultado fue interés por parte de los asistentes, y pues bien, eso para mí es un logro. Que el público se haya quedado para preguntar más sobre mis proyectos.

Mañana tengo otra exposición, pero ya no estoy tan nerviosa como el día de hoy. Los puntos clave de mi charla fue “enfocar los negocios basándome en el teatro” (Curiosa combinación). Cuando tienes una obra de teatro, el director debe tener mucha pasión para transmitirle a los actores/músicos. Sin un buen equipo, la obra se viene abajo. Para poder lograr algo, tienes que creer en tu idea, en ti y transmitirlo. Si tú no lo crees, nadie más lo hará.


Asistí también a una conferencia sobre la música electrónica en el Ecuador. Aprendí sobre la historia mundial del mundo de la música electrónica, y conocí muchas buenas bandas de música electrónica ecuatorianas.

La música en Ecuador está a excelente nivel, el problema es que aún siguen desconocidas muchas bandas. Al igual que muchos talentos en el mundo de la informática, poetas, emprendedores, psicólogos, etc. Pero esto es debido a que “No nos queremos a nosotros mismos”. Si nosotros no creemos en nuestra nación, nadie más lo hará. ¡Por eso el talento queda oculto! ¡Paradigmas!

Hoy la noche está menos fría que ayer. ¡Hurra! Hay luna llena, y en mi mente tengo algo que ha rondado por mi mente algunas semanas. Y yo, ¿cuándo apuesto por mí mismo? Tomorrow is my turn.


Mañana escribo más sobre mis días lejos de mi caliente y cómodo hogar.

2 comentarios:

  1. Me gusta full cómo escribes, qué bueno conocerte un poco más mediante este escrito. Quisiera invitarte a que leas mi blog también, espero tu respuesta. La verdad antes lo tenía para el público, ahora un poco exclusvio. Soy Daniel ( primo de Jordy xD ) Me gustó cómo te levantaste con el grito del campusero.

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  2. Muchísimas gracias. Avísame cuál es tu blog para leerlo.

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