Un director de teatro me aconsejó lo siguiente: "No tengas miedo a tomar clases de música contemporánea, tienes que ser un
turista también en el arte, para que cuando regreses a casa lo hagas con
una visión mucho más amplia y segura".
He seguido su consejo. Tomé clases de canto contemporáneo y al momento estoy recibiendo clases de jazz en piano. Estoy muy contenta con mis clases de piano, me sirven muchísimo, aunque debo decir que es muy difícil para mí. También estoy estudiando mucho el folclore latinoamericano por un experimento que quiero hacer.
Sin embargo, hace un mes me asusté porque en una calurosa noche escuché uno de mis compositores favoritos "Chopin" y aquella vez, el no me dijo nada e inmediatamente cambié lo que escuchaba por Amy Winehouse. Esa misma noche recordé que cuando estuve en las puertas del Teatro Colón no entré a ver ninguna ópera, preferí asistir a un concierto de una de mis cantantes favoritas "Regina Spektor".
Entonces concluí que he cambiado y que ya no quiero estudiar música clásica.
Cuando llegué de Argentina sonreí cuando entré a mi cuarto lleno de partituras de las óperas que había estudiado con un maestro, el programa de mano del concierto de Renée Fleming, mi foto en un concierto, mis vestidos largos y cds de música clásica. En cambio, cuando saqué mis cosas del equipaje, lo que más alegría me dio ver fue el ticket del concierto de Regina Spektor.
Intenté retomar mis clases de canto clásico, pero no pude, sentía que ya no me movía. Todo este tiempo, he escuchado música latinoamericana, jazz, rock, blues pero ninguna ópera o música de cámara.
Hace tres días sucedió algo en mí. Volví a ver las partituras que están ubicadas en el fondo de mi librería, pero no las ví como algo extraño, sino como parte de mi vida. En ese momento recordé todo lo que he vivido en mi conservatorio, obras, etc.
Debo reconocer que uno de los motivos de alejarme, fue porque de alguna manera me decepcioné de algunas personas, empezaron a haber problemas con otras y los "pequeños problemas" tendían a ser considerados "enormes" y eso va en contra de mi personalidad. Otro de los motivos es que me decepcioné mucho de seguir en este camino en diciembre del año pasado porque no pude aplicar al Conservatorio Nacional de Paris por falta de un documento/dinero.
En fin, estos días empecé a sentir una pequeña nostalgia de ese mundo al que yo llamo "cajita de cristal". Y bien, el día de hoy con algo de temor empecé a escuchar un concierto para violín de Handel, pero esta vez me volvió a hablar en un idioma familiar. Handel me volvió a transportar a aquellas noches de estudio, a los viajes con músicos, en los que sólo se habla de música, a mis amigos, profesores, buenos momentos y a mis ganas de retomar de manera sincera este camino que empecé hace 5 años.
Pero esta vez lo hago con otra perspectiva. He sido una turista de la música, de la vida y de mi misma.
¿Hacia dónde iré? Sólo el misterio de la vida lo sabe. ¿Qué encontraré? Algo fantástico. ¿Qué haré ahora? Seguir descubriéndome. Es un deber de toda persona.
PD. Pienso hacer otro concierto, sólo que estoy pensando el repertorio.
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