viernes, 31 de julio de 2015

Una cita con las ciudades

Hace días tengo la necesidad de escribir, soñar y crear. Expresarse es una necesidad humana como dice un amigo.

Foto tomada de Sparklogy.com

Si comparara las ciudades con hombres (Citas), describiría a Nueva York como ese hombre guapo, e inteligente que cuando ves por primera vez, piensas que nunca te miraría. Pero después de sufrir un poco su indiferencia, se fija en ti, sale contigo, te enamora, y luego naturalmente te deja por otra mujer rubia. A Nueva York le gustan las fiestas, los negocios, el arte y por su puesto el hip hop y jazz. Cuando sientes que ya no puedes más con este engaño y te has cansado de cantar “I´m not the only one” de Sam Smith, dejas a este horrible Nueva York. Sin embargo, una vez que lo miras por detrás por “última vez”, lo empiezas a extrañar y sientes que es el único con el que quieres estar. Lloras porque sabes que lo extrañas y ya sabes cuál es tu siguiente paso: te tiñes el cabello, te pones tu mejor ropa, regresas y empiezas a coquetear con él. Nueva York te mira con su sonrisa arrogante, sabía que regresarías, tal vez te vuelva a engañar, pero lo más seguro es que si tienes las fuerzas suficientes para soportarlo, lo podrías conquistar.


New Jersey es el tipo de “hombre” que te recibe con una sonrisa amable, y te deja quedarse en su casa después de que hayas sido maltratada. Te ofrece espagueti, vino y un sofá muy cómodo al frente del televisor. Te presta su hombro para que llores y de alguna manera te enamoras de él. Sin embargo, Nueva York siempre estará coqueteando contigo al frente y la melancolía jugará contigo.

En mi viaje estuve en la ciudad de Nueva York y los últimos días en New Jersey. Tuve el privilegio de enfermarme a los primeros días de NY, ir al hospital de emergencia y terminar con una cuenta de “$1,500” por una pequeña infección en las amígdalas. Las buenas nuevas es que el gobierno tiene el tiempo de pensar incluso en los turistas y ofrece el programa de “charity”, en el que no tuve que pagar porque estaba de paso por los EEUU. Lo importante es informarse de los programas que ofrece el gobierno cuando sucedan casos así, siempre y cuando el monto sea menor a $4,000. Ahora estoy en Guayaquil, rezando que ya hayan arreglado ese problema.

En mi tiempo libre caminaba por la 42 Street, casi todos los días. Esta zona está llena de teatros, tiendas, restaurantes y parece un hormiguero (Miles de personas transitando). Un día entré a una iglesia, solo para respirar un poco de calma en esta “restless city”, y encontré un hombre tocando el órgano de manera teatral, me sentí en el musical del Fantasma de la Opera. Yo pensé que incluso en esta iglesia denominada “Iglesia actoral”, la música teatral no paraba.

El talento local es genial, las calles están llenas de grandes artistas, desde cantantes de folklor hasta cantantes de ópera. Un día conversé con un moreno llamado Tyrone que cantaba temas de los Beatles en la estación del tren y me pidió que cantara junto a él. Sin embargo, mi tren llegaba y ese día en particular tenía un poco de prisa, así que lo que hice en Buenos Aires no pude repetirlo en NY.



La publicidad es otra de mis pasiones así que los carteles publicitarios me llamaban mucho la atención. Había algunos muy chistosos y coherentes con la realidad de la ciudad. Una publicidad para un sitio web de bienes y raíces tenía una animación de cuartos pequeños donde “viven personas”(músicos, publicistas, diseñadores), y describía la situación de que muchas personas solo pueden pagar cuartos pequeños. Y en el cartel habían frases como “If you can make it here, you can make it anywhere” o “Sabes que te va mejor, cuando al fin puedes comprarte una lavadora”.

A mí me pareció que las personas eran amables, pero tenían un lío en sus cabezas. Seis días de cada semana se encontraban a locos en los trenes. Un día, salí con un amigo por las calles de Nueva York a un concierto y al regresar a mi casa, en el ascensor una señora me comentó que tenga cuidado con el “Señor del martillo”. Yo no sabía de lo que estaba hablando y pensé que estaba bromeando, sin embargo dos días después, en las noticias un día salió que habían arrestado al “hombre del martillo”, llamado así porque salía a golpear a las personas con un martillo.

En fin, conocí de todo y cuando mi mamá y yo nos hartamos un poco de tanto individualismo, locura, problemas, etc; decidimos irnos a New Jersey, a casa de unos parientes. New Jersey es distinto a Nueva York. Para empezar, el transporte público es más barato, el aire más limpio, las calles tranquilas, y existen más casas que edificios.

Yo no conocía los parientes que visitamos, sin embargo, fue una experiencia genial poder estar con personas amables, ordenadas, sin líos y con ganas de ayudar. El primero del que voy a hablar es de Danny, un italiano-americano que se casó con una prima de mi madre. Este señor alto, de cabellera blanca y ojos azules fue el primero en hablarme. Él tenía aproximadamente 76 años y le gustaba bromear como un niño de 5 años. Llamaba a la esposa con un silbido y luego se reía cuando ella se enojaba con él porque no la dejaba cocinar. Nelly se llama la esposa, nunca pudieron tener hijos, pero ellos al parecer no tuvieron grandes problemas con aquello. Nelly, es una mujer fuerte, practica, un poco seria pero de buen corazón.

En el segundo piso vivía Marcia y Gabriel. Cuando ellos vieron a mi madre se alegraron mucho, se portaron amables conmigo y lo que más me llamó la atención fue el departamento de ellos y sus vidas. Marcia y Gabriel viajaron a los Estados Unidos por turismo cuando eran adolescentes, regresando al Ecuador con distintas visiones. Gabriel regresó a Ecuador con el fin de estudiar en la Universidad, sin embargo, Marcia se había enamorado de los EEUU y le dijo que quería vivir en EEUU, el decidió dejar su vida en Ecuador por ir a vivir a los Estados Unidos y casarse con ella.

Al principio no le fue fácil a Marcia acostumbrarse a su vida de casada, le costó lágrimas porque no sabía cocinar ,y en ese entonces, Gabriel le exigía demasiado. Ambos empezaron a trabajar, pero la ambición y aspiración de los dos los llevaron a vivir el sueño americano. Marcia trabajaba en una fábrica como obrera, pero detestaba ese trabajo. Esto la impulsó a que en la noche estudiara inglés para tener un mejor trabajo. Luego tomó cursos para poder ser secretaria. Poco a poco fue ascendiendo a mejores trabajos. Marcia se levantaba a las 5 de la mañana a prepararle el desayuno a sus dos hijas y luego se iba a trabajar. Ella me comentó que casi no dormía y admiraba la energía de los jóvenes (¡Si supiera cuanto duermo! jaja). Ella llegó a estudiar incluso diseño de interiores, razón por la cual, su casa es hermosa, con una decoración preciosa. Ella misma hizo las cortinas que tiene en la sala de su casa.

El sacrificio de Marcia y Gabriel les dio frutos, llevando a Marcia a trabajar en Telemundo como Contadora principal y a Gabriel como gerente de una fábrica. Sus hijas tienen masterados en Negocios y Educación Parvularia, han viajado por el mundo y están felizmente casadas. La historia de Marcia y Gabriel me da mucha alegría escuchar, porque sin ánimos de ofender, conocí muchos extranjeros erradicados en EEUU que han vivido muchos años en este país, no disponen de un empleo que les paguen muy bien, pero tampoco se han tomado la molestia de aprender el idioma de este país y peor aún estudiar para dar mejor futuro a sus familiares.

Conozco una pareja de latinos que han vivido aproximadamente 36 años en los EEUU y no hablan inglés, pusieron a sus hijos a trabajar desde que tenían 16 años, limitándolos y ahora que tienen 30 años aproximadamente siguen trabajando en tiendas como “vendedores”.

Para regresar a la historia de Marcia y Gabriel, ellos hicieron una fiesta para su hija justo cuando estábamos en su casa, razón por la cual conocí otros familiares. En general ese fin de semana que estuve en New Jersey la pasé genial. Sin embargo, nos ubicábamos en una zona donde podíamos ver a la ciudad de Nueva York al frente. La vista era genial, pero la melancolía de caminar por la calle 42 era grande, entonces le dije a mi mamá que quería volver a Nueva York. Y así fue, lo extraño es que la calle 42 estaba a 15 minutos y a ($1,50)de la casa de mis familiares. Estas dos ciudades se encuentran literalmente cerca.

Volver a caminar por las calles de Nueva York después de haber pensado estar lejos fue una dicha y fui muy feliz. Además esta ciudad me premió con un regalo, pude ver a mi primo-hermano Michael que no había visto desde que tenía 12 años. Mike y yo vivimos juntos algún tiempo, cuando yo iba a Estados Unidos, tuvimos aventuras, peleas, discusiones, risas, y más. Desde los 4 años nos hicimos hermanos y no paramos hasta los 12, cuando nuestros lazos familiares se rompieron por asunto de “adultos”. Yo lo vi un lunes, y ¡fue el mejor día de este año! Fui a visitar a mi hermana, cuando de repente en la puerta me recibió un joven que al verlo le reconocí y sentí un ligero miedo. Este miedo desapareció cuando él me sonrió y me dijo “Wow, yo te conozco, eres mi prima”. Hablamos un poco y luego tuvimos que despedirnos con la esperanza de vernos más tarde, sin embargo, por “asunto de adultos” no pudimos volvernos a ver. Pero para mí fue suficiente, recibir su sonrisa, su abrazo, su número de teléfono y saber que de alguna manera se encuentra bien. “Asuntos de adultos”, son errores de nuestros familiares que algún día se resolverán.

En fin, el tiempo de mi estancia en esta ciudad se terminó y tuve que regresar a mi ciudad natal, Guayaquil. Pero llevé conmigo grandes lecciones de vida que son las siguientes:
  •  Mantener el corazón limpio aunque lo que te rodee está sucio.
  • Ordenar tus cosas, tu casa, tu cosmos, porque como tratas tu entorno, te trata la vida.
  •   Pensar antes de hablar.
  •  Responder con amor.
  • Acepta tus propios errores y no te excuses culpando a los demás.
  • No te tomes tan personal los comentarios y actos de las personas.
  •  El miedo no es de Dios, no naciste con él, sino que lo adquiriste, pero despójate de él.
  • No guardes rencores ni odio hacia nadie, no valen la pena y se vuelcan contra el que los tiene.
  • Sé libre!
  • Los mayores tienen más energía que nosotros los “jóvenes”. Por lo menos en mi caso.
  •  No más Multitasking.

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