jueves, 30 de abril de 2015

Respeto al Cotopaxi

Luego de haber estado en la Amazonía, que lo pueden leer en mi publicación anterior, comenzamos nuestro rumbo al Cotopaxi. La noche nos cayó encima, no había muchos carros y lo unico que alumbraba nuestro camino eran las estrellas. Nunca había visto tantas estrellas en una noche, parecía que al mirar al cielo estabas en contacto directo con el espacio. Se dice que cerca de la mitad del mundo es el único lugar en el planeta que se pueden ver todas las constelaciones de manera clara. En el misterio y silencio de la noche nos sentíamos un poco desprotegidos por el hecho de estar viajando tan tarde en un territorio no muy conocido para nosotros en Sudamérica. A mi enamorado le dió sueño, así que paramos en una calle alumbrada para descansar. Yo no pude dormir, tenía miedo de que alguien nos sorprendiera, o que algún carro nos impacte, así que me quedé despierta vigilando mientras mi enamorado dormía. No obstante, el sueño me ganó y me quedé dormida un rato. Mi enamorado estaba teniendo una pesadilla de que nos robaban, razón por la cual se levantó y me dijo que mejor nos fueramos, yo inmediatamente me pasé al asiento delantero para ponerme mi cinturón de seguridad. Cuando el iba a encender el auto, dos hombres se acercaban a nosotros. ¡Nos asustamos! ¡Y salimos volando!


Existen dos opciones: a) eran conductores de trailers y como nosotros habían parado a descansar, o b) eran ladrones. 


A las 2:00 am llegamos a una gasolinera cerca de Quito donde paramos a comer y descansar. A las 5:00 am empezamos nuestro camino al Cotopaxi. Existen dos caminos para llegar al parque Cotopaxi, uno que entras por Latacunga y otro por Machachi. El primero tiene calles pavimentadas, y dura aproximadamente 5 a 15 minutos hasta llegar a la entrada del parque. El segundo camino es más rústico, lleno de hermosos paisajes, te encuentras en contacto con los habitantes y animales de este pueblo, pero cuando viajas en un carro pequeño es realmente malo.

Nosotros tomamos el camino por Machachi, es decir nos demoramos aproximadamente 2 horas en llegar a la entrada del Parque Nacional Cotopaxi. Si viajan con amigos, caminando o en una camioneta 4 x 4 el camino por Machachi es agradable; sino entonces viajen por el camino seguro y pavimentado.


Cuando llegamos a la entrada del parque, todavía teníamos que subir al parqueadero y eso no quedaba cerca. A mitad del camino, el carro no dió más y tuvimos que dejarlo estacionado en un área despejada, colocando rocas en las ruedas para que no se cayera por algún viento, etc. Luego nos pusimos nuestros abrigos, mi enamorado se dio cuenta que había perdido sus botas así que solo se puso sus sandalias para subir la montaña, y pedimos a los carros que pasaban que nos llevaran. Cuando habíamos perdido las esperanzas porque nadie nos recogía, una colombiana nos ayudó llevándonos al parqueadero donde tendríamos que subir al primer refugio.



Al ver el camino, no pensé que sería muy difícil, pero a medida que subía, la altura me jugaba en contra y más pálida me ponía. No era la única, habían otros viajeros que la pasaban muy mal. Entre muchas paradas, llegamos al fin al primer refugio. Para mí era suficiente,  pero mi enamorado quería tocar la nieve, así que subimos otra media hora para llegar al glaciar. Debo confesar que yo pensé que no iba a poder subir por lo extremadamente cansada que estaba, pero pude y más que eso(Ya leerán por qué).



Cuando pudimos tocar el glaciar, nos encontrábamos 5000 Kilómetros aproximadamente sobre el nivel del mar, según un guía. No faltaba mucho para la cima, sin embargo el guía nos comentó que se requieren equipos especiales para subir, porque en la glaciar existen huecos cubiertos de nieve donde uno puede caer, además para subir es preciso tener entrenamiento apropiado para escalar montañas.

Lo curioso de este viaje es que mi enamorado subió en zapatillas, mientras los otros turistas iban equipados con palos, botas y abrigos especiales. En el glaciar, se emocionó mi enamorado tomándo fotos, andando sólo con camiseta, en short, y tocando la nieve con los pies....Los extranjeros se asombraron de ver a mi enamorado sin equipos, botas, abrigos 5000 Km sobre el nivel del mar y quisieron tomarse fotos con él, etc.


Estaba un poco nublado así que no se veía mucho. Lo mejor de estar allí es encontrarte en la altura que viajan los aviones, cerca de las nubes y sobre todo escuchar la montaña. Además te sientes muy bien porque es un logro subir esa montaña junto a otros viajeros de distintas naciones. Cuando ya tomamos todas las fotos que quisimos, apreciamos el hermoso paisaje, decidimos bajar. Al llegar al primer refugio, pedimos un chocolate y la montaña le pasó factura a mi enamorado. Se empezó a sentir mal, y fue al baño a vomitar. Me asusté un poco, y estaba ligeramente molesta porque pensé que su malestar era debido a su irresponsabilidad de quitarse la camisa, andar en short cerca de la cima de la montaña e incluso correr. Pero se complicó demasiado que le pedí a los que se encontraban cerca, que me ayudaran. Sin embargo lo único que me dijeron fue: "Tiene que bajar, y no quedarse dormido o sino se muere", yo les dije: "Pero no puede caminar, se siente mal, no se puede quedar aquí!" Ellos me respondieron debía bajar la montaña; luego miré el camino y dije: "Pero hay neblina, es tarde y está cayendo granizo, no creo que aguante el viaje de regreso, ¿qué hago?", ellos me dijeron: "Agradezca que no está peor el clima". :$ EPIC FAIL



Dicho esto, le exigí a mi enamorado que bebiera un té de coca (Muy recomendado) y empezamos a bajar. A decir verdad yo tenía miedo porque había mucha neblina, granizo cayendo, mi enamorado se encontraba muy mal, pero bajar era el santo remedio. Ya era tarde, no habían personas subiendo, pero milagrosamente nos encontramos a mitad de camino a una familia detrás de nosotros bajando. Cuando vi sombras cerca mío me sentí aliviada de que no nos encontráramos solos en la neblina. Les pedí que cuando llegáramos al parqueadero nos hicieran el favor de llevar hasta nuestro carro. Ellos al ver el estado de mi enamorado decidieron ayudarnos. Nos subimos a la parte de atrás de la camioneta, hacía mucho frío, mi enamorado estaba vomitando y yo cuidaba de que no se cayera. 

Cuando vimos el carro, nos bajamos, agradecí con todo mi corazón a estas personas que nos salvaron de un mal momento y nos subimos al carro. Yo manejé esta vez, hablando con mi enamorado para que no se durmiera porque tenía miedo que muriera en el camino. Por suerte, a medida que bajábamos, mi enamorado se sentía mejor.

Cuando llegué a la entrada del parque, fui a la administración para preguntarles qué era lo mejor que podía hacer para que mi enamorado se recuperara totalmente, y qué hospitales quedaban cerca. Una mujer lo vió y me preguntó lo que le había ocurrido, le conté todo lo que había hecho en el glaciar de la montaña ( anduviera en camisa por largo tiempo, tocara la nieve con los pies, se puso a correr, etc) ella solo exclamó :"¡Hombres!".

Al salir del parque Cotopaxi, fuimos a un pueblo que no recuerdo el nombre y nos quedamos en un hotel para recuperarnos de este largo viaje. Al día siguiente, mi enamorado se encontraba bien, como si nada hubiese pasado y regresamos a nuestra hermosa ciudad, Guayaquil.


De este viaje les recomiendo que no se vayan por el camino de Machachi al Parque Nacional Cotopaxi si están en un auto pequeño. De hecho, es preferible que viajen en una camioneta 4 x 4 para recorrer mejor. Y cuando estén en el Cotopaxi, respeten el poder de la señora montaña, no hagan nada "loco", a menos que tengan entrenamiento para escalar montañas. Mediante esta publicación si quiero expresar mi preocupación con las pocas medidas de seguridad que se encuentran en el refugio, porque si alguien tiene un infarto, muere; o si alguien tiene graves problemas por la falta de oxígeno, no existen tanques de oxígeno allá, aunque no sé qué tan recomendable es esto. Y que el calentamiento global se ha llevado gran parte de la nieve del glaciar, puesto que dos años atrás un amigo mío había viajado al Cotopaxi, y desde el parqueadero ya veía la nieve, a diferencia de nosotros que tuvimos que subir media hora después del primer refugio para recién tocar la nieve. Ahora voy a realizar otro viaje, que se los contaré en la próxima publicación "Voy a extrañar Guayaquil".











No hay comentarios:

Publicar un comentario